Volkswagen debe pensar lo mismo, viendo la campaña que ha lanzado para promocionar su "side assist" (un sistema de seguridad). La campaña se la debemos a DDB Tribal Berlín (tranquilos, no está en alemán... está en inglés...).
Con humor, la campaña utiliza el eslogan: "te hace ver las cosas antes de que se vuelvan peligrosas" para enseñarnos el nacimiento de Hannibal Lecter o el caballo de Troya. Nos hace ver qué narices hace eso del side assist, pero sin darnos explicaciones sobre sus características ténicas y sin sacar ni un coche.
Es de esas campañas que las ves y dices "ya está, te has ganado un post".
Y la campaña de hoy es la de... un redoble por favor... ¡ding! la de Wolkswagen Polo.
Se trata de una campaña gráfica muy simple, pero sobre todo original. Anima al público a vender su coche para poder comprar un Polo, hasta el propio anuncio se convierte en el típico papel para el coche de "Me venden, teléfono..."
Éso sí que es quitarse a la competencia de encima.
El posicionamiento del producto es fundamental. O en otras palabras, lo que lo hace diferente es su punto fuerte, sobre lo que se debe apoyar su publicidad. Entre intermedio e intermedio me ha llamado la atención unos ejemplos donde el mensaje de la campaña se parece demasiado...
Primer ejemplo:
¿Twix? ¿dale al pause? A mi me recuerda al eslogan de Kit Kat "tómate un respiro" (no he encontrado ningún spot para ejemplificarlo, lo siento). Ambas marcas nos ofrecen chocolatinas, pero van más allá, nos dan la posibilidad de parar el tiempo y tomarnos un descanso.
Segundo caso:
Esta es la segunda parte de una campaña que vimos hace algunos meses. A mí me encanta ("va a estar 14 años ahí, lo va a ver..."). Basicamente, nos dice que la promoción es tan buena que ni éste niño ha podido esperar a ser mayor para comprarse un CLIO (cada vez que lo veo me río). ¿Y el nuevo spot de Volkswagen (Golf o Polo, no lo recuerdo bien)? No he podido encontrar el vídeo, pero desde hace unos días sale bastante en televisión así que os sonará. Aparecen dos chicos en un coche y uno de ellos todavía no tiene el carnet de conducir y recuerda alguno de sus suspensos... la sorpresa nos la llevamos al final, cuando el chico sin carnet resulta ser el dueño del coche (otra vez era una oferta tan buena que no ha podido esperar a poder conducir para comprárselo)