miércoles, 3 de agosto de 2011

Sin colorantes ni conservantes




"Llegará el día que nos cobrarán por respirar" No me gusta admitirlo, pero esta frase de abuela se ha cumplido... y que las sentencias abueliles se hagan realidad me da mucho miedito.

Hoy dejamos un poco aparcada la publicidad y nos metemos de cabeza en el diseño. Se trata de un souvenir llegado desde el propio corazón de Praga: una lata de aire checo. Una idea brillante para su inventor, una idiotez como una casa para el que se gaste 5 euros en ello (aunque con un packaging muy bonito).

Os recito la composición del producto:
- 20% de aire de la Plaza Wenceslao
- 20% de aire del Puente de Carlos
- 25% de aire de la Plaza de la Ciudad Vieja
- 15% de aire del castillo de Praga
- 10% de aire de Malastrana
- 10% de aire de la Callejuela Dorada

Según dice la etiqueta, se trata de un producto 100% orgánico (pa' chasco), cura el stress, la morriña y la nostalgia... y está hecho a mano!!

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