Esta vez no voy a hablar de publicidad, voy a hacerla. Lo que véis aquí es un relato escrito por Marcos Pedrón, próximo premio Planeta 2021 y mi primo pequeño (aunque eso de pequeño poco a poco lo va dejando atrás).
Al chico le gusta esto de escribir y va apuntando maneras, así que le he guardado un hueco para uno de sus cuentos. Oye, cuando te hagas un escritor famoso acuérdate de donde publicaste el primer relato y me das alguna exclusiva.
Aquí va, espero que os guste ;)
Al chico le gusta esto de escribir y va apuntando maneras, así que le he guardado un hueco para uno de sus cuentos. Oye, cuando te hagas un escritor famoso acuérdate de donde publicaste el primer relato y me das alguna exclusiva.
Aquí va, espero que os guste ;)
1 de agosto. Por fin había llegado el día, hoy venía mi primo Óscar a pasar quince días a mi casa, lo hacía todos los veranos. Es muy divertido y nos lo pasamos muy bien siempre que viene. Todavía estaba intentando abrir los ojos cuando Toby, mi perro, saltó encima de mí y empezó a chuparme la cara, era su forma de decirme buenos días, le encantaba, a mí no tanto. Toby tiene solo unos meses, es un Golden Retriever, sí, como ése del anuncio de “Scottex”, y es muy cariñoso. Me levanté de la cama, me vestí, aunque todavía medio dormido y bajé a desayunar. Le pregunté a mi madre a qué hora llegaría Óscar, me dijo que antes de comer y mientras removía los cereales con la leche, me puse a pensar en todo lo que podíamos hacer en los próximos quince días. Me di cuenta de que los cereales empezaban a ahogarse en la leche y tuve que comérmelos muy deprisa. Salí a la calle y me puse a lanzar unos tiros a canasta. Sabía que Óscar aún tardaría pero no podía resistir volver la cabeza cada vez que pasaba algún coche. El tiempo pasaba lentamente y , después de estar un rato jugando, me senté en el porche. Me quedé mirando la ventana de la casa de enfrente, la persiana estaba medio bajada. La casa llevaba abandonada bastantes años y estaba bastante deteriorada, de repente un sudor frío recorrió todo mi cuerpo, había un hombre encapuchado mirándome fijamente desde la ventana, pero enseguida desapareció. Imaginaciones mías, pensé. Vi acercarse un coche, era un Land Rover negro, el coche de mi tía. Me acerqué corriendo a recibirlos, mi tía salió del coche, me acarició la cabeza deshaciéndome el pelo y sin decirme nada entró a mi casa. Me fijé en que tenía ojeras y por su aspecto parecía que no había dormido en semanas. La verdad, es que las cosas entre la madre y el padre de Óscar no iban muy bien. Mi primo bajó del coche y cogió su maleta, nos chocamos la mano haciendo nuestro saludo especial.
- Todavía te acuerdas
- Pues claro
- ¿Cómo ha ido el curso? ¿Cuántas te han caído? - le dije, aunque sabía la respuesta.
- Ninguna, ¿Y a ti?
-Dos, pero tranquilo ya tendré tiempo de estudiar.
Mi madre nos llamó diciendo que ya estaba la comida. Comimos en cinco minutos y subimos a mi habitación. Al llegar vi por la ventana la casa de enfrente y me acordé de lo que había visto antes, todavía me daban escalofríos cuando me acordaba, así que se lo conté a Óscar:
- Seguramente te lo habrás imaginado
- Ya
Era lo que yo había pensado, pero no estaba del todo convencido, me había parecido bastante real. Nos pusimos a jugar con la consola a un nuevo videojuego que le habían comprado a Óscar. Jugamos un buen rato, y cuando ya nos habíamos cansado, bueno, él más que yo porque le ganaba siempre, le pregunté si bajábamos a jugar a baloncesto. Llamé a unos amigos y jugamos un partido hasta que el sol se puso. Estábamos agotados y nos disponíamos a entrar en casa cuando, mi madre salió con Toby y nos dijo que lo sacáramos a pasear. Nos fuimos a regañadientes. Bajamos calle abajo, las farolas se encendieron, ya era de noche y no había ni un alma por la calle. Llegamos al bosque y Toby se paró a “hacer sus necesidades”, me giré y… ¡no podía ser!: El hombre encapuchado estaba entrando en el bosque y llevaba un saco muy grande a la espalda. Por suerte no nos había visto. Avisé a Óscar:
- ¿Es él?- preguntó también un poco sorprendido.
-Sí
- Pero, ¿Dónde puede ir a estas horas, y con ese saco?
-¡Vayamos a averiguarlo!
A Óscar no le gustó mucho la idea, pero no tuvo más remedio. Cogí a Toby en brazos y nos adentramos en el oscuro bosque. Casi no podíamos verle, pero gracias al ruido de sus pasos, conseguimos seguirle. Caminamos un buen rato hasta que llegamos a un claro donde había una cabaña. Nos escondimos detrás de un árbol grande que había. El hombre dejó caer el saco y entró a la cabaña. Miramos el saco y observamos con horror que se asomaba una mano por la obertura. ¡No podía ser! Nos miramos boquiabiertos, dentro del saco había ¡¡ Un cuerpo humano!! .
Saqué mi móvil corriendo para pedir ayuda, pero no había cobertura. Así que Óscar se tuvo que ir a avisar a la policía. Me quedé sentado en el suelo, con Toby entre mis piernas, estaba asustado…Aquel hombre era un asesino. De repente oí la puerta de la cabaña cerrarse, el hombre ya había salido y llevaba una pala ¡Iba a enterrar el cadáver! Estaba muy asustado, no podía parar de sudar. Entonces Toby se me escapó de las manos. ¡No! , pensé. Toby fue corriendo hacia el asesino mientras le ladraba y le gruñía, éste al ver que el perro era pequeño, se rió y le pegó un golpe con la pala enviándolo contra un árbol.
-¡ Noo!- se me escapó. El hombre se volvió hacia mí. Me escondí rápidamente detrás del árbol, pero ya era demasiado tarde, me había visto. Yo solito me había delatado. Empecé a oír pasos acercándose lentamente. El corazón me latía con fuerza, estaba temblando. Los pasos se oían cada vez más cerca, pensé en salir corriendo, pero estaba paralizado. Me acurruqué con la cabeza entre las piernas. De repente los pasos cesaron. Iba a morir allí mismo, no quería creerlo. Cerré los ojos fuertemente y entonces……………..
Sonó el despertador, me desperté sobresaltado, parecía que el corazón iba a salirme por la boca, estaba lleno de sudor. Miré al despertador, 10:30, 1 de agosto. Ya no me acordaba que había puesto la alarma. Toby se quedó mirándome y emitió un pequeño ladrido, algo así como:
-¿Qué te pasa?
-Tranquilo Toby - dije acariciándolo- Sólo ha sido un pesadilla.
Mi primo Óscar no tardaría en llegar, así que ,me vestí rápidamente y bajé a desayunar.
- Todavía te acuerdas
- Pues claro
- ¿Cómo ha ido el curso? ¿Cuántas te han caído? - le dije, aunque sabía la respuesta.
- Ninguna, ¿Y a ti?
-Dos, pero tranquilo ya tendré tiempo de estudiar.
Mi madre nos llamó diciendo que ya estaba la comida. Comimos en cinco minutos y subimos a mi habitación. Al llegar vi por la ventana la casa de enfrente y me acordé de lo que había visto antes, todavía me daban escalofríos cuando me acordaba, así que se lo conté a Óscar:
- Seguramente te lo habrás imaginado
- Ya
Era lo que yo había pensado, pero no estaba del todo convencido, me había parecido bastante real. Nos pusimos a jugar con la consola a un nuevo videojuego que le habían comprado a Óscar. Jugamos un buen rato, y cuando ya nos habíamos cansado, bueno, él más que yo porque le ganaba siempre, le pregunté si bajábamos a jugar a baloncesto. Llamé a unos amigos y jugamos un partido hasta que el sol se puso. Estábamos agotados y nos disponíamos a entrar en casa cuando, mi madre salió con Toby y nos dijo que lo sacáramos a pasear. Nos fuimos a regañadientes. Bajamos calle abajo, las farolas se encendieron, ya era de noche y no había ni un alma por la calle. Llegamos al bosque y Toby se paró a “hacer sus necesidades”, me giré y… ¡no podía ser!: El hombre encapuchado estaba entrando en el bosque y llevaba un saco muy grande a la espalda. Por suerte no nos había visto. Avisé a Óscar:
- ¿Es él?- preguntó también un poco sorprendido.
-Sí
- Pero, ¿Dónde puede ir a estas horas, y con ese saco?
-¡Vayamos a averiguarlo!
A Óscar no le gustó mucho la idea, pero no tuvo más remedio. Cogí a Toby en brazos y nos adentramos en el oscuro bosque. Casi no podíamos verle, pero gracias al ruido de sus pasos, conseguimos seguirle. Caminamos un buen rato hasta que llegamos a un claro donde había una cabaña. Nos escondimos detrás de un árbol grande que había. El hombre dejó caer el saco y entró a la cabaña. Miramos el saco y observamos con horror que se asomaba una mano por la obertura. ¡No podía ser! Nos miramos boquiabiertos, dentro del saco había ¡¡ Un cuerpo humano!! .
Saqué mi móvil corriendo para pedir ayuda, pero no había cobertura. Así que Óscar se tuvo que ir a avisar a la policía. Me quedé sentado en el suelo, con Toby entre mis piernas, estaba asustado…Aquel hombre era un asesino. De repente oí la puerta de la cabaña cerrarse, el hombre ya había salido y llevaba una pala ¡Iba a enterrar el cadáver! Estaba muy asustado, no podía parar de sudar. Entonces Toby se me escapó de las manos. ¡No! , pensé. Toby fue corriendo hacia el asesino mientras le ladraba y le gruñía, éste al ver que el perro era pequeño, se rió y le pegó un golpe con la pala enviándolo contra un árbol.
-¡ Noo!- se me escapó. El hombre se volvió hacia mí. Me escondí rápidamente detrás del árbol, pero ya era demasiado tarde, me había visto. Yo solito me había delatado. Empecé a oír pasos acercándose lentamente. El corazón me latía con fuerza, estaba temblando. Los pasos se oían cada vez más cerca, pensé en salir corriendo, pero estaba paralizado. Me acurruqué con la cabeza entre las piernas. De repente los pasos cesaron. Iba a morir allí mismo, no quería creerlo. Cerré los ojos fuertemente y entonces……………..
Sonó el despertador, me desperté sobresaltado, parecía que el corazón iba a salirme por la boca, estaba lleno de sudor. Miré al despertador, 10:30, 1 de agosto. Ya no me acordaba que había puesto la alarma. Toby se quedó mirándome y emitió un pequeño ladrido, algo así como:
-¿Qué te pasa?
-Tranquilo Toby - dije acariciándolo- Sólo ha sido un pesadilla.
Mi primo Óscar no tardaría en llegar, así que ,me vestí rápidamente y bajé a desayunar.
FIN
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